lunes, 25 de febrero de 2008

De qué sirve...


Ser libre. Si el corazón

quedo en tierras lejanas?

El rugido de un mar distante

juega en mi mente,

como olas en la playa.

Son susurros despiadados

que se dan contra las piedras

que cercan el alma inquieta mía.

Llegan trayendo el recuerdo

de un asombroso verano.

Mi imaginación se pueblade miradas,

gente que no olvido.

Otras tonadas…paisaje divino.

Un céfiro delirante

lacera la delicada piel de mi espíritu.

Se mete desfachatadamente

en los bolsillos de mis sueños

y se apolilla allí dormido.

Como gracioso payaso

de un circo clausurado,

mi boca cincelada en carmesíse

se abre como flor en primavera

y apaga su sed con una lagrima azul

que cae de mis pupilas heridas de soledad

y de ausencia.

Dejé en tu playa mi esencia.

Para que cada verano
cuando la recorras de punta a punta,
te acompañe mi invisible presencia.

Necesito olvidar...Pero,

¿Cómo destruir los recuerdos?

¿Cuáles son los designios que

entorpecen mi conciencia?

¿Cómo será vivir cada día

con el fantasma del pasado?

El reloj no se detiene en su andar.

Él también en su bisbiseo…

Es verdugo de mis horas vividas junto a ti

¿Cómo se asesina el olvido

sin que te den perpetua de recuerdos?

Exorcizar la nostalgia,

pero cómo?

Si el clérigo de mis fantasías

feneció en ellas.

Ya no me lastimes recuerdo,

te conjuro... ¡A que te vayas!.


Autora: Jazbluecie

jueves, 14 de febrero de 2008

En un rincón del alma




Camino por la playa de tus sueños.
Rojo atardecer
y yo mirando el poniente desvanecer.
Cansados mis pies deambulan
sobre la tibia arena de mil veranos.
El ancho brazo que toca el rosario
y acaricia la victoria;
anhelan rozar mi figura.
Mis manos; palomas inquietas.
Revolotean en mi cintura
y en ella hacen su nido.
Escribo con mi mirada
sobre la estela
de mar cielo estos versos
que hoy publico
en un rincón del alma.
Organizo versos infinitos
hasta crear la más bella canción.
Insolente cae la lluvia,
en lo más hondo del corazón.
Una guitarra...
llora triste melodía
a orillas del Paraná;
De rodillas el trovador,
baja su cabeza
en un rezo mortal.
Las cuentas en cadenas
prenden de su mano.
Frente al monumento
de mi estandarte;
te veo o es mi
cruel imaginación?
Buceo en el aire,
quiero entender la soledad...
Pero la misma
me deja abatida
en mis sueños y fantasías...
excitando una hábil
estocada a mi alma
con el desdén de la lejanía.
Hoy comprendo
que no mereces mi amor.
Tú mereces el infinito cielo
con todos sus planetas
y no este vacío universo
que nada puede ofrecerte.
Desde el rincón del alma;
te invito a que me olvides.


Autor: Jazbluecie

miércoles, 13 de febrero de 2008

Martirio de amor


Me detengo a la vera de mis sueños.
Soy pescador sin red
de un cardume de ilusiones.
Se escapan de mis manos;
lánguidas esperanzas.
El recuerdo se presenta
cual pionero del tiempo
y me trae memorias
de un ayer sepultado en olvido.
El milagro de tenerte;
se aleja inexorable y eterno.
Desafío al mundo
entre tiniebla y albor.
Como duele el amor
cuando muere súbitamente.
La furia de un céfiro
me trae tu cálida sonrisa
y dibuja en la playa de mi mente;
tus pasos solemnes y audaces.
Viví en un paraíso entre el cielo y la tierra.
Mágico lugar de ensueños,
creado especialmente para ti y para mí.
Hoy solo existo en el canto apresurado
del trueno rebelde que ruge tu nombre.
Soy el destello fugaz de un astro
precipitándose irremediablemente a tierra.
Una nube inocentemente besa tu piel
con finas lágrima de plata.
Y yo me desangro por dentro
queriendo gritarle que tú...TÚ eres mío.
Pero no lo haré prefiero morir
antes de lacerar tu alma enamorada.
Autor: Jazbluecie

martes, 12 de febrero de 2008

La niña que no tuviste…

La niña que no tuviste…

¡La niña que no tuve…!
Así me has llamado muchas veces
y fueron más que suficientes
para saber ese amor que me profesas,
ese cariño tan grande que me tienes.
Tú sublimidad y tu entrega en cada palabra.
Tengo…sabes?, una madre preciosa
que es el cielo en la tierra.
Un cántaro de amor puro y grande…
muy grande y en esta tierra apareces tú,
la madre que quizás el cielo me manda
cómo el más preciado de los regalos.
Tal vez sin merecerlo o quizás merecido.
Un ángel, un hada, que llega
de un Pacifico a esta costa Atlántica
para cuidarme en esta jungla
a la que entro a escribirle al amor,
a la vida, a los sueños, a los niños
y lo deseado; cuantas veces no alcanzado.
Dulce, encantadora. La de manos tibias
y corazón generoso como solo
una verdadera madre lo tiene.
Así te dibujan mis sencillas letras hoy
que te ven sonriente en una playa lejos de la mía.
Madre adoptiva mía en esta jungla.
Donde la inspiración me invita a escribir en versos
poemas y poesías que para algunos;
solo son frases sueltas…
metáforas inconclusas, versos mutilados,
rimas que no riman y solo reman a la deriva.
Pero para "ti", "mi amor" y los que "me aman";
son dulces melodías que llegan
y hacen un baile en el alma.
Aquí está el escrito prometido,
envuelto de caricias.
Aromado de jazmines,
con su envoltura en azul cielo
y con un moño de corazones.
Te regala una sonrisa…
mi sonrisa, esa de aquella
a la que llamas…
“La niña que nunca tuve".


Autor: Jazbluecie

Defunción del alma

Defunción del alma
La espada del silencio
cortó en mil pedazos el céfiro
de la verde llanura.
Esgrimo sin premura
toda brisa a su paso
y dejo lágrimas de sangre
en la basta pradera
acumulando rezago.
El sol, rey supremo se vengo
sobre la espiga del trigo
que tantas veces besó
y al azul de los cielos
un enemigo le dibujó;
embriagado de dolor.
Su majestad procedio.
Sin medidas, ni recelos
a la tierra calcino.
Todo un jardín mutilo,
sin mirar los albores;
fenecieron las flores.
Ni una nube lloró
para mitigar tal deceso,
que el astro rey provocó.
Se esparcieron los huesos.
Al tálamo del adiós.
En reposo yace el alma,
que estos versos escribe.
Un sacristán trae calma
y entrega la extremaunción.
Será que la espera el limbo
o las brazas de algún fogón?
Hace frío y la noche está rojiza.
Las estrellas se fugaron
entre los jirones de la niebla.
Toda la faz en tiniebla
porque un alma feneció.
Una vez viví en sueño,
lo que hoy mi pluma explayó.
Allí a lo lejos quedo
"Mi dueño, amo y señor".
Cada noche es como esta;
la misma repetición...
"Muero un poco por los dos"
y no llega la salvación.
Moriré cada anochecer
esperando el amor.
Moriré con su recuerdo
sin ruidos, ni quejas.
Porque no hay peor moraleja...
que dejar morir el amor.
Jazbluecie