lunes, 14 de abril de 2008

Tu amor callado


Plantaste en la faz de mi alma,
la bandera del abandono.
Conquistaste mi espacio de deserciones
Y sembraste en mí; la semilla de tu ausencia.
Me vendiste la quimera de estar para
siempre a mi lado.

Yo cual buzón al tonto,
la compré con monedas de inocencias.
No hay un día en que no me pase
colgada de la luna en oración,
rogando al altísimo, encontrar en este contenedor
de ansias acopiadas; alguna perdida letra tuya,
en la cual me hablé de tu amor callado.
Más cuando entro a esta jungla del silencio,
es tu ausencia quien me recibe

en sus brazos con la más fría
e indiferente de las caricia.

Me trato de convencer de que…
“Mañana será otro día”

y al fin tendré noticia tuyas.
Más cuando ese mañana
se presenta con su traje de gris indiferencia;
es ahí cuando me doy cuenta;
el valor que tiene mi amor para ti.
Pero vuelvo una y mil veces cual mendigo
por una migaja de amor con mis manos harapientas
y heladas por el olvido,
a escribirle a tu amor callado.
Mi corazón ya no es caballo salvaje
corriendo por las nómadas tierra
de las abundancias de tu amor.

Hoy es sedentario en extinción.
Un callado vigía que de tanto mirar al norte;
perdió todo sentido de punto cardinal.
Ya no soy la que fui, desde el día en que tu amor

me encarcelo en el silencio y la soledad.

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